La Quinta: Homenaje al Toro Bravo

Se presentaba La Quinta ante la afición Española en la plaza que el año pasado le vio triunfar. Responsabilidad nervios y miedo en los Ganaderos. Ilusión y esperanza en los aficionados. Siete fueron los toros de La Quinta en corrales, seis los que sortearon y todos ellos de exquisita presentación. Santacoloma puro, en el tipo. Nada importan los kilos, sí el trapio y ello se demuestra en la ovación de salida al Quinto, el de menos peso de la corrida. Se premiaron con vuelta al ruedo a Mulero-23 y Berreón-28. Se arrancaron de largo los dos en el caballo. Casualidades de la vida que los dos Muleros de esta ganadería que se han lidiado en esta plaza hayan sido premiados con la vuelta al ruedo en cuarto lugar. 

La buena tarde vivida ayer en El Bibio no es fruto de casualidades. Toros encastados y enclasados. La casta, esa gran ausente en la cabaña brava y que ayer inundaba el ruedo gijonés. Se vino arriba toda la corrida en banderillas. 

Acartelados estaban El Cid, Robleño y Castaño. Muy irregulares las seis faenas. Si bien se tapó El Cid con el descafeinado primero, su labor en el cuarto de la tarde dejó mucho que desear. No estuvo a la altura del astado. Mulero pedía sitio y El Cid acortó las distancias para tapar así sus carencias y falta de confianza. En el segundo de la tarde, se vio un Robleño fuera de sitio, periferico y distante mientras que con Berreón se gusto toreando. Variedad en los remates, logrando por momentos los mejores muletazos de la tarde.Bien es cierto que las embestidas del de La Quinta fueron de excelente calidad. Arrastrando el hocico, con fijeza y con la boca cerrada. Dos excesivas orejas, Vuelta al ruedo de Ley.
De Castaño poco que decir, muy bajo el nivel que está mostrando esta temporada. El tercero acabo haciendole sudar y el sexto se le arrancó ocasionando momentos de verdadero peligro que se saldaron con la luxación de dos dedos de la mano.

Lo de ayer fue una recompensa para el aficionado despues de aguantar las dos primeras corridas. Igual que fue una recompensa al esfuerzo,sacrificio, trabajo, lucha, ilusión y entrega de una familia ganadera. Conradi mantiene su nombre en letras de oro en el norte y sinceramente deseamos que así sea por muchos años. Suerte con Bilbao.

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