Orejas y Circo para el Pueblo

Con retraso se inició esta cuarta de abono a consecuencia de las labores llevadas a cabo en el ruedo. En condiciones normales, entiéndanse por tales el uso de la lona, nada de esto habría sucedido. Tardes peores y de mas agua ha visto esta plaza sin suspensión ninguna, de tal forma que la tarde salió adelante. Reses de Jose Vazquez para los diestros Enrique Ponce y Castella mejor presentadas que estos días atrás pero sin terminar de romper. Los de San Pelayo que lidió Ventura fueron sin embargo unos novillotes con sus pitones reglamentariamente afeitados. El último de su lote: impresentable.

A pesar del aspecto cada vez mas joven de Ponce los años pasan para todos y, en esas la plaza de Toros de El Bibio cumplía 125 años desde su inauguración con Mazzantini y Guerrita en el cartel. Para celebrarlo se optó por acabar con la poca seriedad que pudiera quedar en esta plaza. Así está esto. El máximo responsable de que ello ocurriera fue Enrique Ponce. Quién en otros tiempos fuese figura del toreo ha ido evolucionando hasta convertirse en un profesional mas del toro que no hace mas que quitar sitio a los nuevos valores. En el primero de su lote decidió acabar con él en el caballo de picar. A partir de ese momento inició el valenciano un repertorio de gestos de justificación llenos de teatralidad como excusa al no poder realizar faena alguna. Culpa suya. Pero el esperpento mayor llegó en el quinto de la tarde. Ofreció un mal espectáculo circense, de los que quitan afición, de los que indignan y de los que cabrean. La plaza de El Bibio se trasformó en el escenario de una capea en la que Ponce ordenó a sus picadores moverse a su antojo, picar el toro en toriles, pasearse por la plaza y lo peor de todo es que el diestro, director de lidia, pretendía hacernos creer que era lo correcto. Tomaduras de pelo no, gracias. A todo ello hay que sumarle que su labor con la franela fue pésima.Faena de mando a distancia, me explico; Al hilo del pitón, fuera de sitio, sin cruzarse y con el toro completamente fuera de su grandisima muleta. Así toreo el de Chiva. Un sin fin de muletazos de nula trasmisión y escandalosamente aseados y plagados de enganchones. A otros por mucho menos les llaman jetas, aqui muchos pidieron la oreja. Injusto premio.

Castella perdió toda la dignidad que había podido conseguir en el ultimo de la tarde al hacer feo gesto al presidente por no conceder una inmerecida segunda oreja. El francés nos privó de ver un segundo par de Javier Ambel que junto con el estoconazo de su matador al que cerraba plaza fue lo mejor de la tarde.En cuanto a su faena, fue una más de las mil a las que nos tiene acostumbrados.No hay pie a la improvisación. Diego Ventura fue quien abrió plaza y Puerta Grande. Buen rejoneador que ayer no dio su mejor versión. Espectáculo todo, pureza ya menos. Cortó dos orejas porque en esto de las corridas mixtas todo luce bonito y porque el 125 aniversario contagió su ambiente festivo.

Otra tarde mas entre estas paredes, otra tarde mas en el Bibio y mas allá, de anécdotas y brindis con mala historia no hemos visto nada. Esperemos la fecha se recuerde como la última actuación de Ponce en estas tierras, pues circos como los de hoy deben estar lejos de cualquier plaza de Toros si queremos que haya futuro, que lo hay.

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